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Foto del escritorWil Jiménez Kuko

Swing Criollo: proceso de regionalización y el surgimiento de nuevos estilos

Actualizado: 3 jul 2023



En mis 13 años de gestión del patrimonio cultural inmaterial, he logrado tener un acercamiento muy íntimo con el Swing Criollo. Formar parte de esta comunidad y ser portador me ha permitido analizar desde adentro las singularidades que comprenden esta manifestación cultural, y como estas características intervienen en el entretejido social que conforma al colectivo y su relación con el exterior. El desarrollo de esta forma de bailar, principalmente en la capital a llevado a la formación de grandes bailarines, maestros y agrupaciones artísticas; la conformación de academias y asociaciones; y la aparición de nueva producción musical a partir de los Dj´s, y en menor medida de agrupaciones musicales. Todo esto ligado a la labor de los gestores, investigadores y promotores culturales, ya sea de manera independiente o como parte de una asociación; que han trabajado en las estrategias y la apertura de espacios proyectivos y de diálogo para el fortalecimiento de este patrimonio cultural inmaterial.


A partir del 2014, se empieza a dar un fenómeno expansivo del Swing Criollo, como consecuencia, entre otros factores de la declaratoria de patrimonio (2012). Es en este año que el Swing inicia su viaje a las regiones externas del gran área metropolitana, y empieza a desarrollarse en lugares como Palmares, Atenas, Puntarenas, Liberia y más fuertemente en la zona norte de San Carlos y en la zona del caribe, específicamente en Limón centro. Este proceso de regionalización se desarrolla de manera orgánica principalmente liderado por los maestros de baile que empiezan a visitar las zonas alejadas a la capital para dar clases de baile, algunos instalando sus propias academias y otros llevando el Swing Criollo con sus clases particulares o cursos de capacitación para los bailarines y profesores de baile de la zona, logrando con esto la formación de actores que empiezan a desarrollar sus propios proyectos artísticos, dando lugar a nuevas agrupaciones que empiezan a trabajar en los territorios con muestras coreográficas de Swing Criollo, llamando la atención de los locales e iniciando con una cadena de transmisión que permite llevar este baile a la población y por ende a los salones de baile de aquellas regiones.



La aparición de nuevos actores regionales

Dentro de este interesante proceso surgen dos regiones que son de vital importancia en la expansión del Swing Criollo a nivel nacional y que van de la mano con las dinámicas transmitivas antes mencionadas. En las zonas de San Carlos y Limón, se da un fuerte desarrollo de actores que posterior al acercamiento patrimonial deciden iniciar sus propios proyectos en sus comunidades, atrayendo talento local, de la mano de maestros y agrupaciones metropolitanas que acompañan y brindan apoyo en el proceso de conformación.


Este acercamiento en esta dos zonas se da en San Carlos en el 2014 y en Limón en el 2015 gracias a Wil Jiménez Kuko quien lleva el swing criollo a estas regiones por medio de talleres, y gracias al proyecto de su compañía Chocolate llamado en aquel entonces "embajadores del swing" instala en ambos lugares una compañía de baile que trabaja con la comunidad y forma bailarines que luego arman sus proyectos propios y continuan trabajando es sus comunidades. Existen en estos momentos muchos de esos bailarines vinculados a estos proyectos, por lo que, se mencionarán algunos de los principales actores identificados en estas dos regiones y que se encuentran gestionando el patrimonio de manera activa en sus localidades:


San Carlos (zona norte)

  • Alex Arce (Director de Corporación Artística Chocolate)

  • Maycol García (Director de Academia Sol Latino)

  • Nereida Alfaro (Directora de New Dance Academy)

  • Bryan Soto (Director Academia Flavor Dance)

  • Jairo Romero (Director Agrupación PROGAVI)

  • Dayanna Ghinny (Bailarina y cantante)

  • Ernest Alfaro (Director Academia Triunfo Latino, Sarapiquí)

  • Reel Acevedo (Director Academia Rumba Latino)


Limón

  • Jonathan Porras ( Director Academia Caribbean Dancers)

  • Manfred Carballo (Bailarín)

  • Rigoberto Narváez (Bailarín e Instructor)


Estos nuevos actores, han generado una nueva ramificación del patrimonio en las zonas regionales, que ha permitido ampliar el territorio del Swing Criollo y fortalecer el trabajo de transmisión a las nuevas generaciones desde diferentes espacios, abonando un importante instrumento de análisis y evolución de esta manifestación, de una manera orgánica, sin pensarlo y fluyendo dentro de los procesos sociales y culturales de cada región, que en poco tiempo, han adoptado este baile y lo han acogido como parte de la identidad de los bailadores de estas comunidades, incorporando a la cualidad de la danza, elementos característicos que marcan una clara diferenciación interpretativa a la hora de bailarlo y logrando establecer una cualidad propia que alimenta el inventario del Swing Criollo y potencia su posición como baile costarricense.



Surgimiento de nuevas cualidad interpretativas

El apogeo del Swing Criollo en las regiones de San Carlos y Limón, principalmente protagonizado por los grupos coreográficos, llevo a una adopción de este baile dentro de los círculos formativos de los bailarines de la zona, quienes practicaban sus conocimientos en los salones de baile y formulaban un nuevo código genético que autenticaba este baile con características originales de cada región. Estas características llevaron con el paso del tiempo al surgimiento de nuevas cualidades interpretativas que se ven demostradas claramente en los salones de baile de dichas regiones y en las presentaciones artísticas de las agrupaciones que representan a estas nuevas comunidades que hicieron de manera inconsciente un gran aporte al Swing Criollo.


La historia nuevamente nos permite presenciar un avance en el desarrollo patrimonial de una manifestación viva, que acude constantemente a su entorno social para alimentarse y fortalecerse como parte de la identidad de un colectivo que siendo grande o pequeño, siempre realzará la importancia del Swing Criollo como parte de la identidad del ser costarricense. Esta relación tan estrecha entre las particularidades identitarias de una comunidad y la aceptación o llegada de una manifestación no endémica, permiten el entrelazado característico de la interculturalidad y la sinergia que envuelve el surgimiento de estas nuevas cualidades de la danza, para el Swing Criollo de la zona norte y el Swing Criollo del Caribe, mismos que se detallan a continuación:


Swing Criollo de la zona norte

Se desarrolla principalmente en la zona de San Carlos, específicamente en Aguas Zarcas, en donde la mayoría de agrupaciones tienen su sede. El contacto patrimonial se da contrario a lo sucedido en San José, en donde el baile se desarrolla en el salón y luego pasa a los escenarios; en este caso se vive de manera diferente, pues primero se desarrolla dentro de los espacios artísticos y luego, gracias a los bailarines de estas agrupaciones y academias, el Swing Criollo llega a los salones de baile. Por ende, es que esta nueva cualidad surge de la visión o practica artística, cuando bajo los entrenamientos y preparaciones escénicas los bailarines incorporan estos elementos propios de su identidad y modifican la danza bajo su percepción de interpretación del Swing Criollo. Creando un nuevo estilo, el "Swing Criollo de la zona norte".


Las características de este estilo están principalmente en el rebote, la base y la preparación de giro. También presenta variaciones en la ejecución de los nudos y la fuerza de interpretación.

  • Rebote: esta es la cualidad mas importante que tiene el Swing Criollo, el estilo original enfoca los movimientos y la fuerza de ejecución hacia abajo, hacia la tierra, como parte del ADN originario de nuestras danzas latinoamericanas. En el caso del estilo zona norte, la interpretación del rebote se da hacia arriba, eso significa que la fuerza eleva el movimiento y genera una intención diferente al estilo original.

  • La base: en este caso en particular, la base del swing criollo de esta región es mas estructurada, marcada y rígida, la interpretación es más estandarizada, producto de su origen artístico, con marcas más fuertes y pasos frontales con mayor elevación de rodillas. A diferencia del estilo original, que nace en los salones y por ende permite una mayor libertad interpretativa, la base es menor rígida, las marcas mas suaves y los pasos con menos elevación de rodilla, pues la fuerza del rebote al ser hacia abajo, genera una cadencia diferente, que permite una mejor distribución del peso para la improvisación.

  • Preparación del giro: A diferencia del Swing capitalino, el estilo de zona norte reduce el rebote en la preparación y realiza una marca fuerte que suele ser en el lugar o al lado, lo que hace al giro más lento, permitiendo un orden en la ejecución cuando se trabaja en pareja; el swing original presenta un rebote en su preparación y el marcaje puede ser al lado, en el lugar y el más común adelante, la marca es menos fuerte lo que permite junto con el rebote de su preparación un giro más rápido y una mejor reacción al trabajo en pareja.

  • Ejecución de los nudos: el estilo original trabaja el juego de manos mas cerrado y con acentos en lugares estratégicos del nudo que permite ordenarlo sin perder su velocidad, el estilo sancarleño utiliza movimientos mas abiertos y acentos más marcados por lo que los giros suelen un poco más lentos.

  • A nivel general el estilo zona norte es más fuerte en su marcaje.


Estas características pueden verse con mayor facilidad en los siguientes videos:




Swing Criollo del Caribe

Se desarrolla principalmente en el cantón central de Limón. Su contacto patrimonial se da de la misma manera que en San Carlos, pues la principal influencia surge desde los artístico por medio de la Corporación Artística Chocolate que abre una de sus sedes en Limón e inicia la formación de bailarines quienes luego siguen sus proyectos particulares. Por lo que, este nuevo estilo surge también de la visión o practica artística, creando un nuevo estilo, el "Swing Criollo del Caribe o caribeño".


Las características de este estilo están principalmente en el rebote, la base y la preparación de giro. En donde se involucra un movimiento adicional en la cadera, de influencia principalmente de los movimientos del calypso. La presencia de la cadera o "cadereo" se da en la base que se mezcla con los cambios de peso. El rebote, al igual que el Swing Criollo original es hacia abajo, permitiendo la habitación de la cadera y en la preparación de giro, principalmente marcada al frente, el "cadereo" se da al lado, manteniendo la velocidad de los giros. A nivel de fuerza, el Swing Criollo estilo caribeño es más fuerte al original pero no tan intenso como el de zona norte, pues mantiene a nivel general las mismas cualidades interpretativas del estilo capitalino con la diferencia de ese movimiento de cadera, que le da una interpretación diferente que enriquece la ejecución del movimiento.


A continuación una muestra del estilo caribeño,




La identificación de estos nuevos estilos se pone en evidencia en el 2020, en la competencia nacional cuando varios de los participantes de diferentes partes del país mostraron su trabajo bajo estilos de baile diversos, lo que me llevo a un análisis de tres años en donde se logro diferenciar cada uno de estos estilos y hoy comparto con ustedes.


La riqueza invaluable de participar y vivir el desarrollo de un patrimonio vivo es un privilegio que muy pocas naciones y personas tienen la posibilidad de disfrutar, por lo que el surgimiento de estos nuevos estilos nos permite ver, que la gestión del patrimonio cultural desde la comunidad del Swing Criollo va por buen camino, aún hay mucho por hacer, principalmente en temas de articulación, sensibilización y política pública, pero no cabe duda que la esperanza sigue imperando en la visión de salvaguardar esta manifestación cultural. Recuerda "La cultura, transforma vidas".


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