Antes de iniciar me gustaría dar las gracias a todas las personas que siguen este blog y que me enviaron esos mensajes tan positivos y llenos de buena energía, motivado por su confianza y por el amor que tengo por mis dos áreas profesionales iniciamos esta aventura.
Desde hace varios años inicié esta preparación y formación profesional de forma empírica y gracias a varios libros, cursos online y personas con las que he logrado compartir en el camino y de las cuales he aprendido mucho acerca de este tema tan apasionante. Primeramente, es necesario aclarar algunos términos generales que ayudarán a entender mejor de que se trata el Marketing Cultural y porque se llega a convertir en una herramienta vital en el desarrollo de proyectos y actividades culturales.
Entendiendo a la cultura, como todos aquellos rasgos distintivos, dentro de los planos espirituales, sociales, materiales, intelectuales y afectivos que identifican a un grupo social o una sociedad; y conceptualizando al marketing de forma general como una herramienta de planificación comercial estratégica basada en el estudio de los consumidores, audiencias y públicos; llega a la luz un cuestionamiento que desencadena un sin número de estudios de investigación que concluyen en la aparición de la teoría del marketing cultural como una nueva rama que ha venido evolucionando a lo largo de los últimos cuarenta años, pasando desde introvertidas apariciones en algunas pocas publicaciones, a visiones más profundas en la aplicación del marketing para la entrega del producto, usado como canal de promoción y distribución e incluso actualmente como tema de discusión en el sentido de si se debe o no aplicar el marketing en el proceso de diseño de los productos artísticos, pero este tema lo expondremos en un futuro para conocer su opinión al respecto.
Entonces ¿Qué es el Marketing Cultural? Pues bien, son aquellas estrategias de difusión, planificación y promoción de los proyectos y productos culturales, incluidas las acciones de comunicación, que realizan las organizaciones culturales públicas o privadas, con el fin de generar una imagen positiva en sus audiencias y por ende obtener los resultados esperados. Aquí entramos en una forma de planificación cultural en donde se ven aplicadas las famosas «4ps» del marketing (Producto, Precio, Plaza o Distribución y Promoción o Publicidad) que partiendo de la premisa de que un producto cultural posee características diferentes a uno comercial, por tener rasgos culturales de identidad, acertividad, valor sentimental, representación e interés de una población o grupo social, yo agregaría otras dos «Ps» que a mi concepto son importantes a la hora de realizar un planteamiento estratégico para estos productos, la «Pasión» que tiene que ver directamente con el artista o cultor en el proceso de construcción o diseño del producto cultural que le da un valor intrínseco al mismo; y la «Pertenencia» que nos sitúa en el análisis cuidadoso del nivel de valoración cultural de un producto en relación con su entorno social o grupo representativo. Estos aspectos son importantes de considerar para evitar cruzar la línea del respeto, salvaguarda y visibilización de estas manifestaciones artísticas ya sean tangibles o no en el proceso de diseño del plan de marketing.
El Marketing Cultural podría convertirse en un gran aliado en nuestro trabajo cultural, pues usado de la forma correcta nos permitirá cumplir con los objetivos establecidos en el plan de trabajo, desde promocionar un evento, crear audiencias, fidelizar públicos, posicionar la marca o el nombre, atraer consumidores, generar ruido, creación de la identidad cultural de la organización, reposicionar nuestra imagen, presencia en medios, formas de comunicación e incluso estudiar cuales son las preferencias o gustos de nuestros públicos internos y externos para crear estrategias que nos ayuden a optimizar los resultados en nuestra labor como hacedores de cultura y artistas, son algunas de las múltiples funciones en las que el marketing puede colocarnos en la estantería premium del mercado cultural.
Desarrollando mas este tema encontraremos que el Marketing Cultural se rodea de dos entornos principales que nos sitúan en nuestro contexto de trabajo. Uno, es el entorno natural, en donde se encuentra nuestro mercado natural, o sea el sector cultural, involucrando a todas aquellas organizaciones o empresas que constituyen la industria cultural y el sector de las artes. Son todas aquellas instituciones que tienen como razón de ser la creación de productos culturales ya sean bienes o servicios: creadores, artistas, editoriales, teatros, museos, compañías discográficas, galerías de artes, cines, etc. que aplican el marketing para la maximización de resultados.
Estas organizaciones se dieron cuenta que no solo se tienen que concentrar en la generación de productos culturales, sino que también deben conocer las técnicas de marketing adecuadas para entrar y conocer su mercado, atender con éxito su público y cumplir con las responsabilidades económicas que se presenten, pues sabemos que la cultura no se exime de los aspectos monetarios. Debe verse entonces al marketing cultural no como una herramienta propiamente, sino, como una filosofía de acción que implica un conjunto de actividades que trabajan de forma conjunta en la gestión de procesos y toma de decisiones, se debe crear esa relación de intercambio en donde no solo se ofrecen productos sino experiencias y que estas deben caer en la búsqueda de la satisfacción de nuestra audiencia por medio de la implementación de las «Ps» que vimos anteriormente.
El otro entorno a considerar es el entorno asociado o de interés, que comprende no solamente a todas aquellas empresas ajenas al sector cultura, sino que nos marca en primer término nuestros mercado meta. La empresa privada, instituciones gubernamentales y gobiernos locales, medios de comunicación y el público en general son desde diferentes esferas de funcionamiento, nuestro escenario en donde debemos trabajar y enfocar nuestros esfuerzos para obtener la ayuda que necesitamos y lograr cumplir los objetivos; patrocinios, convenios, donaciones, auspicios, cooperación, presupuesto, respaldo y alianzas comerciales son solo algunos de los beneficios que podemos obtener de la aplicación de un plan de comunicación adecuado que nos acerque de forma creíble a estos potenciales socios culturales. Tenemos que tener en cuenta, que ellos siempre buscarán la manera de generar presencia y posicionamiento de su marca para aumentar las ventas o generar imagen por lo que, una buena propuesta podría dar en el blanco y crear un beneficio mutuo en términos mercadológicos.
Con esto podemos ver que el Marketing Cultural trae grandes beneficios al sector y nos damos cuenta que es un tema amplio de tratar con muchos aspectos interesantes que podremos conversar con detalle en las próximas publicaciones y que sé les serán de gran ayuda para el desarrollo de su actividad cultural y en la planificación de sus objetivos. Si desean profundizar en el tema, les comparto estos enlaces de intereses:
MIL GRACIAS por estar aquí leyendo esto, que con mucho gusto comparto con ustedes. Me gustaría conocer su opinión, así que pueden dejar sus comentarios, compartir y suscribirse, de igual manera pueden escribirme y con agrado les contestaré.Nuevamente gracias y recuerda que ¡La Cultura, transforma vidas!