A lo largo de mi vida como gestor cultural, he compartido con grandes colegas y amigos quienes en varias ocasiones me han comentado sobre una inquietud colectiva, que a la mayoría de los cultores les acedia, ¿cómo puedo hacer para que mi agrupación u organización sea recordada, identificada y posicionada en las personas, para poder tener éxito en mis actividades? Primeramente debemos tener claro que en el ámbito cultural hay delante de todo una relación directamente proporcional entre la calidad de trabajo y la identidad de mi colectivo, en donde el trabajo se proyecta para darle valor a la marca o imagen de la agrupación, por eso es importante no solamente construir una identidad cultural, sino también, esta se verá respaldada y valorizada por otros elementos artísticos – culturales que tenemos que cuidar y tomar en cuenta.
La construcción de una marca cultural, no es algo que debemos tomarnos a la ligera pues un buen branding cultural puede traernos más beneficios de los que te imaginas: proyectos, clientes, público, fans, colaboradores, patrocinadores, mejores alianzas, posicionamiento internacional y exposición viral. Por eso, es que les voy a compartir cuales son los 10 pasos para crear una marca cultural, y que debemos plantearnos desde el inicio del proyecto que queremos desarrollar.
1. Define tu objetivo
Lo primero a lo que debes responder antes de iniciar es ¿por qué y para qué quiero realizar el proyecto cultural? ¿Cual será mi enfoque, mi proyección y mi línea de trabajo? Respondiendo estas preguntas conseguirás tu objetivo. Contestando a la primera pregunta, es importante que conozcas cuál es tu motivación, la justificación de la creación de ese proyecto cultural, sea cual sea esta, es vital su identificación para desarrollar tu objetivo. Si lo que deseas es dar una oportunidad a los jóvenes de tu comunidad para desarrollar su talento, por ejemplo o ser referente de alguna manifestación cultural específica, como Danza, Teatro, Música, Mimo, Artes Circense, etc. debes tenerlo claro a la hora de iniciar. Con respecto al enfoque, proyección y línea de trabajo, en el gremio cultural existen varias opciones que nos brindan diferentes escenarios de trabajo, puede ser un grupo competitivo, de investigación, una fundación, una escuela, algo recreativo, como gestores culturales o simplemente por diversión temporal; son aspectos fundamentales en la realización de tu objetivo, recuerda que este será la guía en la realización del proyecto y que debe ser un objetivo realizable, medible y temporal, pues ese objetivo cambiará con el tiempo conforme se desarrolle tu proyecto. Por ejemplo si tu objetivo es conformar una agrupación de danza que presente y promueva el danzón, pasado algún tiempo tal vez ese objetivo cambie a proyectar internacionalmente ese trabajo. Tus objetivos irán evolucionando con el tiempo.
2. Análisis del Mercado
Una vez que encontraste tu objetivo y tienes clara tu motivación, continuamos con el análisis. Parecerá extraño que utilicemos el análisis de mercado en el ámbito cultural, pero no necesitas ser una empresa para hablar de estudiar el mercado y a los competidores, que desde mi perspectiva prefiero llamarlos cooperadores o co-ompetidores pues, serán quienes compartirán contigo la función cultural en tu target. Busca a personas, agrupaciones o entidades que estén bajo tu misma línea de trabajo, sigue sus objetivos y analiza que hacen, esto será de gran ayuda para tener una guía de como trabajar, aprender de los errores ajenos, conseguir personas a quien queremos parecernos o convertirnos a nivel profesional, puedes ver a personas destacadas, seguir biografías, reseñas en fin, en este segundo paso identificaremos a personas u organizaciones que nos inspiren y nos den una idea más real del comportamiento actual de público y del entorno cultural en donde nos desarrollaremos.
3. Público Meta
Ahora que sabemos cual es nuestro objetivo y conociendo a nuestra co-ompetencia, nos será más sencillo identificar nuestro público meta, segmentar en varios perfiles y extraer toda la información sobre su comportamiento, gustos y necesidades. Recordemos que como cultores y gestores artísticos tenemos 4 públicos clave a los que debemos conocer bien y en donde podemos iniciar la segmentación, en mi primer artículo: «Marketing cultural: un nuevo enfoque para la planificación del trabajo en la cultura y el arte», vimos que nuestros principales mercados meta son: 1. El Público en General, 2. Las empresas privadas, 3. La entidades de gobierno y 4. El gremio cultural como tal. Te invito a leer este artículo si quieres conocer más.
4. Propuesta de Valor
Ahora que conocemos nuestro público y sabemos que necesitan o buscan, debemos ser creativos y empezar a trabajar en un propuesta que nos diferencie de los demás y que nos haga ser únicos e irrepetibles. Algo que tenemos que trabajar con cuidado y a profundidad, esa será nuestra propuesta de valor, la cual irá cambiando conforme evolucionemos con el proyecto y con nuestro público.
5. Define la personalidad: Misión, Visión, Valores.
Empezamos ahora sí a entender mejor la forma de trabajo de nuestro proyecto e iniciamos uno de los aspectos más importantes en la confección de la imagen del mismo. La definición de la personalidad de nuestro trabajo cultural, deberá en gran medida ser un aporte en la propuesta de valor. La personalidad será la forma en la que nuestro proyecto de desenvolverá con su público y con el gremio cultural, dentro de este aspecto construiremos nuestra misión (razón de ser del proyecto), visión (hacia donde queremos ir o en que queremos convertirnos) y los valores (lo que definen mi proyecto: constancia, calidad, honradez, responsabilidad, etc.)
6. Nombre y Eslogan
Con la personalidad bien definida, es momento de elegir el nombre del proyecto, como queremos que nos llamen y cual será el nombre que nos identificará ante el resto del mundo. Este debe ser creativo, único y fácil recordar, en el ambiente cultural es importante además que tenga un significado claro y justificado que lo ligue directamente con nuestra labor, y que ayude a las personas a identificar que es lo que hacemos, por lo que, es aconsejable investigar un poco y buscar esa palabra que dará nombre y que represente nuestro trabajo, con el nombre podemos también asociar un eslogan o frase que nos ayude a transmitir la esencia de nuestro proyecto.
7. Tono
Es la forma de como nos comunicaremos, esto dice mucho de lo que hacemos y como lo hacemos. Siempre es importante tener en cuenta todo lo que hemos visto hasta este punto, por si tenemos que perfilarlo de algún modo para dotarle de un toque mucho más acertado y profesional de acuerdo a lo que queremos. Debemos definir este tema en función del posicionamiento de marca, involucrando a la personalidad y la identidad, misión, visión y valores, sin perder la esencia, pues si tratas de forzar un tono que no va con estos aspectos ¡se notará!
8. Identidad: logo, colores, tipografía e imagen
Cuando hablamos de imagen corporativa en el contexto empresarial nos referimos a los elementos gráficos que representan a la empresa, en este caso, a la hora de crear una marca cultural, será importante definir esos elementos (logo, colores y tipografía) que ligados al nombre, su investigación y la personalidad nos permiten crear la identidad, junto con otro aspecto importante: la imagen.
El logotipo será el elemento que represente gráficamente al nombre, este debe llamar la atención, ser reconocible y único, con colores y tipografía que transmitan el trabajo cultural detrás de ese nombre que elegimos. Para esto es importante en muchas ocasiones consultar con otras personas, acerca de que opinan al respecto y tomar las sugerencias para hacer las correcciones necesarias. Mi consejo:
Investiga, analiza, relaciona y prueba, luego nombra. Esa es la clave en la confección del nombre de la marca cultural.
En cuanto a la imagen, es importante tener en cuenta que todo entra por los sentidos y debemos cuidar de que forma proyectaremos nuestro trabajo, es recomendable tener fotografías y videos de buena calidad que transmitan lo que queremos dar a conocer, evitar los filtros exagerados y mantener el concepto, es esencial para conservar una línea narrativa fotográfica. Sin embargo estos elementos son flexibles y pueden renovarse cada cierto tiempo.
9. Trabajar la credibilidad y el prestigio
Este es el punto que más debemos cuidar, pues es el que nos permitirá abrirnos camino por el laborioso ambiente cultural, es importante que cuidemos nuestro trabajo, proyectemos profesionalismo, respeto, calidad y sobre todo un sentido de responsabilidad cultural, esto nos permitirá crear una buena reputación que nos dé mejores oportunidades. Un aspecto que nos podría ayudar mucho en darnos a conocer es el compartir con otras personas mas experimentadas y exitosas en sus proyectos, asistir a eventos y tener presencia cultural, la visibilidad de lo que hacemos es la clave para que la gente nos conozca y empiece a identificarnos dentro del gremio.
10. ¡A trabajar se ha dicho!
Para terminar, crear una marca cultural no es solamente plasmar todo esto en un papel, lo más importante es llevarlo a cabo y aprovechar todos los recursos tecnológicos disponibles. Crea un perfil en redes sociales, muestra tu imagen, tu logo, da a conocer tu trabajo y demuestra tus conocimientos. El camino es difícil pero no imposible, lo más importante es ser perseverante, rodearte de personas que crean en tu trabajo y lo asuman como suyo y empezar.
Infografía: 10 pasos para crear una marca cultural
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